Ray Bradbury:
Continuamos siendo imperfectos, peligrosos y terribles, y también maravillosos y fantásticos. Pero estamos aprendiendo a cambiar.


16 ene 2012

SUBAN, ESTRUJEN, BAJEN... NO PAGUEN (bus-protesta en alemán)


The Flintstones, 1960-6


                                              a mis "catalanas"


"ahora es como si nos hubieran cortado las piernas para luego obligarnos a comprar aparatos de gimnasia" E. Galeano



                Nos quejamos siempre de las subidas en los precios del transporte público aquí o en Marte. Nunca de habernos colado antes, de prestarnos el bono, de: "mire, que sólo tiene 4 años", "sí, soy jubilado con 65 años, ¿qué pasa?"... etc. Ni de usar demasiado el coche, coger taxis en la noche antes de esperar los autobuses nocturnos... etc.

               Ante esas subidas, hacemos bajadas. (Literalmente aunque simbólicamente). Retrasos en los horarios, llamadas de atención de niños enrabietados. ¿Pero, claro, cómo  igualan precios en el destino de unos pueblos a la ciudad y en otros se elevan hasta el disparate?. ¿Cómo pretenden que la gente use el transporte colectivo si el individual, privado, sale más barato entre varias personas?.

Más preguntas: ¿Nos estarán abocando a compartir coche, a todas esas alternativas, incluso para viajes más largos?, ¿al uso tan sano de la bicicleta? (pero caro si se alquila, absurdo donde el carril-bici es "una raya pintada"), ¿o, definitivamente, lo que quieren es una persona = un coche?.

                Volvemos  a la guerra eterna público-privado, a eliminar espacios de contacto entre la gente, ¿qué temen disidencia?, ¿por los retrasos o por puntualidad en el constante goteo alterno de idas y venidas?. (No pasan más de 10 minutos entre uno y otro de los modernos tranvías).
Esa es la nueva forma de control: la inmediatez, la imposibilidad de crear un lazo, de revelarnos contra la desidia de la espera, el hastío de la queja. No hay tiempo, lo consumen. Nos consume. Vivimos en una distopía (?).

                 Exijamos los pagos retrasados a los conductores, los verdaderos afectados. Eso es lo que se esconde, en realidad, detrás de ese incremento de céntimos (en muchos casos, muchos). La subcontrata de las subcontratas que los sub... de los Ayunta-mientos realizan. Al final, terminan sin saber quién debe a quién pero, sí quién va a pagar.

Prefiero ir andado...
(y no muy lejos, lo que hay fuera de la ciudad no es la ciudad, es otra ciudad).


NOTA: ciertas ciudades tienen una red interna de trenes de cercanías que conectan unos pueblos con otros pero, también, aquí la subidas van en aumento (precisamente). ¿Acabarán por encerrarnos en casa delante de estas pantallas que tanto parpadean?. ¿Haremos la revolución en zapatillas y bata, en pijama?.
Ya ha comenzado...

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